Heidegger y los prejuicios del ser: El ser en cuanto universal es indefinible
Por Lic. Martín Mata
Heidegger quiere replantear la pregunta por el ser, porque dice que esta ha quedado en el olvido. Ya no hay, desde Platón a Hegel, filósofos que se replanteen esta cuestión como algo importante y necesario, es pues una temática de una investigación que llegó a la lógica Hegeliana un poco maquillada y que después se hizo trivial. La pregunta por el sentido del ser desde los griegos se considero como dogma y por lo tanto es omitida, el ser por su universalidad se predica como vacío e indefinible, por lo tanto no necesita definición. Es de extrañarse dice Heidegger, como un problema que antes inquietaba al pensar filosófico antiguo ahora se considere como algo tan obvio y “si alguien insiste en preguntar aún por ello, es acusado de error metodológico”[1].
Lo que suscita y alimenta la convicción de lo innecesario que es preguntarnos por el ser, Heidegger lo llama “Los prejuicios del ser”, los cuales son tres: la universalidad, la indefinibilidad y la obviedad, los cuales so la relación temática que tenemos con el olvido de ser, son las maneras en las que nos relacionamos con el ser; con respecto a esto Heidegger hace una distinción entre lo que “es” y lo que “se dice” del ser, “el ‘se dice’ al que se refiere Heidegger es aquello que se haya en todo juicio en torno al ser como algo ya dado. Es un prejuicio porque es lo dado con respecto a la tematización de ser. Es lo supuesto al hablar en torno al ser. En este sentido el prejuicio expresa lo propuesto con respecto a la aprensión del ser”[2]; entonces, dichos prejuicios nos van a indicar las distintas formas en las que tenemos que hablar del ser. Pero este trabajo solo se limitará solamente a explicar el primer prejuicio el cual es la afirmación del ser en cuanto universal, y toda la carga teórica de este punto la podemos encontrar en el parágrafo uno de su obra Sein ut Zeit, donde el mismo dice que la universalidad es uno de los prejuicios del ser el cual te lleva a los siguientes:
“Se dice: El concepto de “ser” es el más universal y vacío. Como tal, opone resistencia a todo intento de definición. Este concepto universalísimo, por ende, indefinible, tampoco necesita ser definido. Todo el mundo lo usa constantemente y comprende ya siempre lo que con él quiere decir. De esta manera, lo que estando oculto incitaba y mantenía en la inquietud al filosofar antiguo, se ha convertido en algo obvio y claro como el sol, hasta el punto de que si alguien insiste en preguntar aún por ello, es acusado de error metodológico”[3].
En Heidegger el primer prejuicio, la universalidad, busca una relación con lo que debe ser sistematizado, en este caso el ser, es aquella que simplemente busca ubicar lo desconocido en los esquemas conocidos[4]. La universalidad del ser enuncia este tipo de camino, porque estos esquemas conocidos se empapan de toda categorización del ser como lo más general. A partir de aquí se busca comprender al ser no desde sí mismo, sino en lo dado, pero al acercarnos de esta manera al ser “posibilita” una manera sencilla de comprenderlo, pero no una manera sencilla de acceder a él, esto es una interpretación exotérica del mismo: “cuando se dice: el “ser” es el concepto más universal, ello no puede significar que sea el más claro y que no esté necesitado de una discusión ulterior. El concepto de “ser” es, más bien, el más oscuro”[5]. La superación de esta interpretación exotérica es mediante un método el cual nos dará una interpretación esotérica del mismo, esto le respecta a la lógica y a la manera en la que se accede al ser, para lo cual Heidegger propone pensar las formas de acceso general al mismo, pues lo que Heidegger necesita es que se supere la universalidad del ser la cual nos ha traído la interpretación exotérica y por medio de la interpretación esotérica llegaremos a la lógica, la cual es consecuencia de la indefinibilidad del ser[6].
[1] HEIDEGGER, Martín, “Ser y tiempo”, Edición digital de: http://www.philosophia.cl, tomado de http://www.heideggeriana.com.ar, 22/03/2008, 03:47:24 p.m. p. 13
[2] XOLOCOTZI, Angel, “Los prejuicios del ser: Reflexiones en torno al inicio de Ser y Tiempo”, REVISTA: La Lámpara de Diógenes, enero-junio, junio-diciembre, año/vol. 6, num. 10 y 11, Benemerita Universidad Autonoma de Puebla, Puebla México 2005, p. 120
[3] HEIDEGGER, Martín, “Ser y tiempo”, p. 13
[4] Cfr. XOLOCOTZI, Ángel, “Los prejuicios del ser: Reflexiones en torno al inicio de Ser y Tiempo”, REVISTA: La Lámpara de Diógenes, p. 123
[5] HEIDEGGER, Martín, “Ser y tiempo”, p. 14
[6] Cfr. XOLOCOTZI, Ángel, “Los prejuicios del ser: Reflexiones en torno al inicio de Ser y Tiempo”, REVISTA: La Lámpara de Diógenes, p. 123
[7] Tomás de Aquino, S. Th. I‐II q. 94 a. 2.
[8] HEIDEGGER, Martín, “Ser y tiempo”, p. 14
[9] Cfr. Ibid
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