El fin del mundo


Éstos últimos días el miedo me ha invadido, después de los eventos tan desafortunados que han vivido nuestros hermanos de Haití y ahora los de Chile, con doble catástrofe, el Tsunami y el terremoto; me he puesto a pensar en el fin inminente que ya diversas cosmologías han ido profetizando a través de los tiempos.

Tenemos por ejemplo a los Mayas: la interpretación de códices y del conteo de su calendario nos habla de el fin de una era, precisamente el 23 de diciembre de 2012, esta profecía muchos la traducen como el fin del mundo, pero los mayas no hablan del fin del mundo, es más, específicamente dicen que todo se transforma, que lo único que permanece es el espíritu, en su viaje de evolución hacia niveles superiores. La profecía maya más bien nos habla de cambios que ocurrirán a nivel físico en el planeta, y en la conciencia de la raza humana. También esta los Aztecas: en una visión que tuvo antes de morir, Moctezuma predijo que otras gentes ocuparían su reino y establecerían una religión de sacerdotes y cruces. Pero, cuando se cumplieran ocho grandes ciclos, llegaría el gran cambio. Hacia el final del noveno gran ciclo, tras una breve era de las guerras, desaparecerían los sacerdotes y permanecería la cruz. Para sustituir a los sacerdotes, arribaría desde el Este un hombre sabio, esto es ya una prefiguración crística.

La Iglesia católica, apoyada en las sagradas escrituras dice que en ese día los muertos resucitarán y Cristo aparecerá en todo esplendor y majestad para juzgar a toda la humanidad (juicio final). Este término: "fin de los tiempos" aplica a la Primera Venida del Señor. (Heb 1,2. 9,26 & 1 Cor 10,11) y también a los eventos que preceden a su Segunda Venida (Mt 24,13 & 2 Tim 2,1 & 2 P 3,3). Sobre cuando y como se destruirá el mundo presente no sabemos nada definitivo. 2 Pedro 3,7,10,12 dice que será por fuego pero esto puede representar un fenómeno inexplicable por el que el mundo presente terminará y un mundo nuevo comenzará a existir (Cf. Apocalipsis 12,12). (Ver Catecismo 1042s.: "La esperanza de los cielos nuevos y de la tierra nueva"). Es inútil especular la fecha del fin del mundo. Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino sólo el Padre. -Mateo 24,36. Claro que analizando los signos de los tiempos algunos juzgan que el fin es inminente. Pat Roberson, pastor de la secta evangelista en un comunicado televisivo hizo la siguiente declaración, con respecto a los hechos de Haití: “Haití hizo un pacto con el diablo”, y aseveró que este terremoto no es otra cosa sino un castigo por la iniquidad de los cristianos. Mucha gente como este pastor protestante se ha encargado de difundir el miedo en las personas para hacerles creer que el fin es inminente, pero ¿realmente el miedo puede ser el camino a querer gustar los bienes eternos? Otros pueden tomar un camino más fácil: es la existencia inauténtica de lo que habla Heidegger. Es el reino de la dependencia. El yo está sometido a la necesidad de subordinarse a los demás en las obligaciones cotidianas y hasta en las ideas: el neutro impersonal. ¿Cómo nos libramos de esa existencia inauténtica? Descubriendo que somos para la muerte y es así como esta problemática del fin de los tiempos nos valdría cacahuate.

¿Pero realmente que debemos hacer, cual debe ser nuestra actitud ante esto? No hay que vivir sometidos al temor, tampoco hay que creernos todo lo que nos digan, estos momentos de catástrofe, deben de ser momentos de esperanza para los que sufren y de fortaleza para los que han de otorgar la esperanza. Lo digo sin tomar ninguna postura religiosa, hay que hacer que la existencia del hombre realmente tome sentido y no busque salidas fáciles ante grandes momentos de desesperación, ahora la naturaleza nos ha arrancado a muchos hombres y mujeres, pero antes ya ha pasado, antes han sido las guerras, el hambre, la miseria, el abandono, el desorden en las familias, en fin, esos también son claros signos de los tiempos que nos hacen ver que algo realmente no está funcionando, esos son realmente duelos y son finales de los tiempos, finales de los tiempos de paz, de unión familiar, de una sociedad preocupada por su entorno; cada uno desde su realidad vive su propio final de los tiempos al cual no debe de ser pasivo, frente al cual debe actuar para salir librado. Hay que responder a lo que nos aqueja aquí y ahora, sin inventar teorías tontas y salidas fáciles para evitar lo que realmente es el centro del problema.

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4 comments:

Tabbo said...

Me cae mal cuando dicen: el mundo se acaba para el que se va muriendo....y lo he escuchado tantas veces, tanto de gente vieja como de jovenes.......odio eso...

Martín said...

je je je... a mi tambien me cae gordo.. ese es una interpretación muy Heideggeriana del ser para la muerte, muy al estilo de la cultura sudcaliforniana....

Pablo... said...

a mi me gusta..

Martín said...

TE GUSTA EL HECHO DE QUE TODOS VAMOS A MORIR?

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