a. Absoluto.

Al trata de explicar el absoluto a Hegel le podemos entender este absoluto como Dios, que con tanta explicación termina racionalizando el concepto; solo el ser racional es capaz de percibir esto, porque es consciente, en primer lugar de la realidad y en segundo de sí mismo, entonces en la manera que este sea autoconsciente identificara su finitud con la totalidad.

b. Dios-Razón.

El absoluto es pues la razón en si misma y la mejor manera de representar este absoluto como razón es Dios, en el ámbito religioso. Este Espíritu absoluto existe en si mismo, por lo tanto es autoconsciente; por lo mismo lo identificamos y/o representamos en la religión. Si quitamos la religión como representación de este espíritu nos quedaría el Estado, “El Espíritu Absoluto se encarna en el Estado” y no hay conveniencia para nosotros en esto, porque nuestras voluntades deben verse sometidas a ese Espíritu Absoluto.

c. La actividad o actitud de filosofar.

El principal propósito de esto es mostrar la razón, la cual la podemos encontrar dentro de la realidad. La filosofía nos ayuda a expresar de una manera racional esta misma razón porque de esta manera hay un autoconocimiento de la misma.

d. Concepto de filosofía.

Es libre el que en sus potencialidades intelectivas asume por medio de su conciencia (poseer una realidad), logra la unificación del todo, la autoconciencia de la totalidad, la síntesis: en cuanto expresa en conceptos (realidad) puramente lógicos la gradual ascensión dialéctica a la libertad. Por último Hegel se identifica con Platón porque este dice: “Solo el filosofo puede ser libre”.

e. Autoconciencia.

Se manifiesta apetitivamente, es un deseo de posesión: apetitiva e intelectiva. Es la tendencia de adueñarse, de poseer las cosas y hacer que todo dependa de ella (Espíritu Absoluto); hay que perder la subjetividad.

f. Dialéctica.

Cada autoconciencia estará en tensión dialéctica con otra, en esta lucha la síntesis significa sometimiento, para salvaguardar la cadena dialéctica y el proceso evolutivo; sin aniquilar. De este triangulo hegeliano saldrá una trinidad de conflicto.